Cuenta una leyenda que un hombre encontró una taza mágica y descubrió que si lloraba en su interior, sus lágrimas se convertían en perlas.
Sin embargo, a pesar de haber sido siempre pobre, era un hombre feliz y raramente soltaba una lágrima. Pero entonces buscó y encontró maneras de entristecerse para que de ese modo sus lágrimas le hicieran rico.


A medida que aumentaban las perlas, aumentaba también su avaricia.
Finalmente, un día el hombre apareció sentado encima de una montaña de perlas, cuchillo en mano, llorando en vano en el interior de la taza y con el cuerpo inerte de su amada esposa entre sus brazos.


Este pequeño cuento se esconde entre las páginas de un libro conmovedor, "Cometas en el cielo". Una novela, a estas alturas conocida por millones de personas en todo el mundo, que hace cuatro años aterrizó en las librerías españolas y se quedó por mucho tiempo. Tanta es la maestría y la magia que desborda este libro que después de cuatro años aún sigue entre los libros más vendidos. Muchos blogs compañeros (entre ellos http://www.culsoc.blogspot.com/) han hecho públicas sus críticas a estos pequeños avatares de la cultura, los libros. Hoy en Cultura Pública es el turno de: Cometas en el cielo.


Desde el primer capítulo la historia consume la triste batalla que un niño perdió cuándo traicionó a su mejor amigo. La novela vio la luz por primera vez hace cinco años (en España se editó en 2004) y todavía sigue cautivando a millones de lectores cada día. Una tierna aventura que cuenta la historia de dos amigos unidos como dos hermanos cuyas vidas se ven enturbiadas por la traición. Cuyas vidas ven como pierden uno de los tesoros más preciados del hombre: la amistad.

El lenguaje es simple, sin adornos ni florituras innecesarios, cuenta cada detalle con naturalidad y deja que el lector viaje hasta las calles de Kabul y haga suya la historia cómo si fuera su propio yo el que vuela una cometa mientras su mejor amigo lo anima admirablemente.

Mientras la suavidad de las palabras aturde los sentidos, el argumento avanza lentamente en diferentes escenarios que dejan entrever la cruda realidad que marcó el destino del Afganistán que hoy conocemos.

La aventura comienza así:
De pequeños, Hassan y yo solíamos trepar a los álamos que flanqueaban el camino de entrada a la casa de mi padre para molestar desde allí a los vecinos colando la luz del sol en el interior de sus casas con la ayuda de un trozo de espejo. Nos sentábamos el uno frente al otro en un par de ramas altas, con los pies desnudos colgando y los bolsillos de los pantalones llenos de moras secas y de nueces. [...]


Nota: 9,5: Cometas... sobrevolando la perfección.


Por otro lado, ante una historia tan conmovedora nació la idea de llevarla al cine y el resultado, sobresaliente, podréis comprobarlo en este tráiler.