Nos estrenamos en el Martínez Valero. Perdimos nuestro primer compromiso liguero ante la S.D. Eibar por la mínima y en el tiempo de descuento. Viajamos hasta Las Palmas para encajar dos tantos y no anotar ninguno. Recibimos en nuestro feudo al Tenerife y salimos goleados. El 2-4 que reflejó el marcador todavía pesa en nuestras retinas. En la Romareda nos cayeron sólo dos. El coliseo franjiverde fue testigo del empate a dos ante el Huesca. Fuimos a Murcia desesperados y el sabio Clemente nos ganó la batalla por uno a cero. Empatamos en casa ante un Celta de Vigo necesitado de puntos. La Liga se nos resiste.

Siete jornadas y tan sólo dos puntos en el casillero. Somos colistas. Se le acabaron los argumentos a un David Vidal que, a día de hoy, ya es Historia en el Elche CF. El Consejo de Administración le destituyó tras el partido del domingo. Al frente de la escuadra ilicitana estará un hombre de la casa: Claudio Barragán.

El ex-internacional tomará las riendas del equipo consciente de que sólo vale ganar. Nadie como él para sacar al equipo de ahí. Aunque, evidentemente, no lo tiene nada fácil. El próximo domingo se medirá ante el Hércules de Alicante en el Rico Pérez. El derbi llega en el mejor momento para unos y en el peor para otros. Aún así, la tensión y la emoción están aseguradas. No estamos muertos; sólo letargados. La parroquia ilicitana viajará en masa hasta tierras alicantinas para llevar en volandas a un equipo que se juega mucho más que tres puntos.

Ojalá se cumpla aquello de: "entrenador nuevo, victoria segura". ¡Vamos, Elche!


Siempre franjiverdes (y alcoyanos)